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miércoles, 26 de agosto de 2015

INUNDACIONES EN ROCHA. LAS AGUAS BAJAN TURBIAS Por Julio Dornel.



                   
         
      

 


Felix Flugel y el escritor local Lucio Ferreira, integrantes del Grupo Eco-Ambiental

Escritor y periodista Julio Dornel

Si bien el titulo pertenece a una película argentina dirigida por Hugo del Carril y estrenada en 1952, la obra apunta a denunciar la codicia de los terratenientes y la explotación de la tierra en las plantaciones de yerba. Es posible que en el fondo exista una secreta vinculación entre la explotación de aquellos obreros y el manejo “equivocado” que se viene realizando con la tierra en el norte rochense. Existe un trabajo muy bien documentado  que realizara el maestro Felix Flugel y el escritor local Lucio Ferreira, integrantes del Grupo Eco-Ambiental, donde bajo el titulo de RESTAURAR LO NATURAL, analizan las causas y efectos de las obras de regulación hídrica realizadas en el norte rochense. “Cuando en 1895, Juan Pedro Lamolle y el ingeniero Luis Andreoni , obtuvieron la concepción para “desaguar y sanear” los bañados del Este, situados en el departamento de Rocha, se iniciaba el primero de una larga serie de episodios que amenazaban con arruinar una de las zonas más espectaculares del mundo por su belleza y biodiversidad. El aprovechamiento  de los suelos desecados a comienzos de siglo no justificó las inversiones realizadas. Sin embargo, de ahí en más, la preocupación por las inundaciones prolongadas de los bañados de Rocha y su desecación pasó ser una obsesión. El ingeniero Florencio Martínez Bula recopiló información y elaboró proyectos que andando el tiempo empezarían  a concretarse. Allí solo se habla de virtudes y nada de posibles impactos o consecuencias nefastas para el medio. Hacia 1978 el Poder Ejecutivo pone en andamiento grupos de trabajo que impulsarán muchas de esas obras proyectadas. La extensión del canal Nº 2, la construcción del canal Nº 1  y de la Represa de India Muerta, además de numerosas obras de canalización para riego y diques de contención  han significado millones de dólares de inversión, agravando los innumerables problemas ambientales creados en la región. Quienes conocimos la zona de los bañados de San Luis, Los Indios y San Miguel, antes de la construcción  de las llamadas de regulación hídrica, llevadas a cabo por particulares y el Estado, tenemos un conocimiento empírico acerca del desplazamiento natural de las aguas. Por eso sostenemos que hasta ahora las cosas no se han hecho bien. Se ha gastado mucho y no se ha respetado la dirección que siguen las aguas hacia la Laguna Merín en esa marcha lenta que le imprimió la naturaleza. Entendemos, sobre la base de toda la información reunida que las obras y canales realizados, solo han beneficiado a unos pocos y perjudicado a los más. Las inundaciones de antes nunca causaron tanto daño, como después ocurrió con la intervención de la mano del hombre pretendiendo dominar a la naturaleza a un costo millonario en dólares, dejando desamparada a nuestra fauna,  fácil presa de los cazadores, destruyendo a nuestra flora acuática, desregulando el microclima de la región  y faltando- por si esto fuera poco al cumplimiento de compromisos internacionales asumidos por los gobiernos de turno en nombre del país. La concentración de las aguas hacia La Coronilla, ha hecho tambalear la viabilidad del complejo hotelero del balneario. Por otra parte hay técnicos que sostienen que se encuentra amenazada la capa freática que abastece de agua potable a poblaciones diversas ya que la “presión” que ejercían los bañados ha disminuido y pasa menos agua a las napas subterráneas.  Ahora se buscaría mediante un nuevo proyecto volcar las aguas hacia la Laguna Merín. Comisiones vecinales de San Luis y Barranas proponen la dispersión de las aguas en su medio natural hacia la Laguna Merín por el río San Luis y el arroyo San Miguel, dejando que los bañados cumplan con la función reguladora establecida por la naturaleza, previa rotura de los diques construidos ilegalmente según se ha dicho. La prioridad del cultivo de arroz, en tierras inadecuadas, según entendidos en la materia, ha desplazado la producción tradicional, empobreció suelos y está contaminando aguas con agrotóxicos por más que se pretenda minimizar el asunto. En esta búsqueda de “soluciones” quienes proyectan y mandan ejecutar las obras son quienes viven lejos de la realidad o tienen el poder económico- que lamentablemente en nuestro país y en otros del mundo- no atienden a los designios de la naturaleza o al bienestar general de la población. Ahora las soluciones no serán las mejores porque hay males que no tienen remedio. La Coronilla y San Luis,  bregan por distintas salidas y lo que es bueno para unos es nefasto para otros”. Señalan los autores en la parte final del informe que “ se agredió la naturaleza, se terminaron algunas especies, se humanizaron demasiado los paisajes, y la gente se quedo sin naturaleza. Los bañados son museos vivientes y hay que protegerlos”.

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